Maduro: el más duro

No saben en qué se metieron los golpistas oligarcas de Venezuela, los miameros y yanquis de corazón que quieren ignorar los principios y la nueva sociedad que ha engendrado la revolución bolivariana liderada por el comandante Hugo Chávez. Desde que Maduro asumió el liderazgo, la OEA, la CIA y los guarimberos quieren acabar con sus días en la presidencia, o directamente con su vida, como ocurrió el sábado con el atentado realizado durante un desfile militar, en el cual el ex conductor de metro iba a anunciar buenas noticias y medidas económicas para el bienestar del pueblo venezolano.

No les alcanza con el hostigamiento mediático y judicial, están hartos y necesitan demostarlo, y por eso apelan a los lúmpenes de siempre que pululan en las fuerzas de seguridad, para transformarlos en traidores y mercenarios del imperio, rastreros enemigos de la nación. Esta vez usaron la tecnología de drones cargados de explosivos que apuntaron contra el palco donde iba a perorar Maduro. El comandante iba a ofrecer detalles del nuevo cono monetario que entrará en vigencia el próximo 20 de agosto, para sacar al país de una crisis económica crónica. La característica peculiar del cono es que estará anclado al petro, la criptomoneda venezolana que está haciendo estragos en China y Rusia y entre hackers aficionados, amantes de la Internet profunda y el ciberdelito financiero.

No vamos a perder tiempo repudiando y maldiciendo a los autores intelectuales y materiales del atentado, que bien vacío deben tener el cerebro y seguramente no nos leerán (además de que la Guardia Bolivariana gloriosa los atrapó enseguida). El vicepresidente económico, Tareck el Aissami, funcionario de estirpe musulmana que es tan juicioso como riguroso, explicó que el cono ha de derrotar la presión hiperinflacionaria generada por la guerra económica de la que es víctima Venezuela, su moneda y toda la economía del país, desangrado por el contrabando de gasolina y la fuga de petrodólares. El acaparamiento de alimentos por parte de empresarios inescrupulosos, dispuestos a hambrear a la población chavista, es un desafío constante de su gestión. Las sanciones de los yanquis y europeos, la asqueante restauración neoliberal en el continente sudamericano, ha colocado al gobierno bolivariano entre la espada y la pared. La mala propaganda que tiene el régimen de Maduro se propaga por todos los países de la región y llega a convencer a los lustrabotas de las principales plazas, quienes prefieren alabar a cualquier político corrupto que alguna vez les arrojó  una moneda, aún cuando convalide y aprueba los ajustes y la explotación de sus familias sonriéndoles simpáticamente.

La guerra económica, el boicot y la conspiración cotidiana contra la marcha de la industria venezolana, pergeñada por los yanquis y ejecutada por Colombia y otros países lacayo-cipayos, es la exclusiva causante de la insólita hiperinflación que afronta el país, la cual se ha traducido en escasez de medicamentos, falta de alimentos, confusión de billetes e imposibilidad de conseguir todo tipo de productos básicos. Sin embargo, expertos y analistas coinciden en destacar que la derogación de la ley de ilícitos cambiarios, que penaba hasta con 15 años de cárcel las transacciones en moneda extranjera en Venezuela, es una medida positiva que aliviará a los actores privados, aunque insuficiente para reflotar la economía del país.

Cuando el rumbo comienza a ser acertado, con el lanzamiento del “bolívar soberano”, apenas se vislumbra un horizonte mejor, los golpistas eternos apelan a sus infames tramoyas y chicanas para acrecentar la sensación de anarquía y desolación. Nadie recuerda en estos días que luego de la tormenta viene la calma. Así como hubo un milagro alemán o un milagro japonés, puede haber un milagro bolivariano. Ahora que ha escapado buena parte de la clase mierda de este país, es muy probable que las condiciones de vida mejoren para quienes optaron por el respeto y la adaptación al estilo de vida chavista. Duque y el paralítico ecuatoriano, así como los putos mafiosos de Macri, Piñeyra y Temer, pueden empezar a bajarse los calzoncillos cuando se desencadene la rabia del más duro, digno heredero del líder supremo de la Revolución Bolivariana.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *