Liberen a Lula, filhos da puta

Sí, banda de mafiosos, retrógrados recalcitrantes, Temer, Bolsonaro, Moro, Cardoso y todos los descerebrados y grasientos políticos, evangelistas y funcionarios judiciales y policiales al servicio del imperio yanqui. Suéltenlo, son ustedes, los que hicieron el golpe a Dilma Rousseff, quienes deben estar en la cárcel. Brasil está dado vuelta, es un pedazo del planeta que ilustra en forma prístina la putrefacción y la porquería de la humanidad globalizada, del sistema de medios y redes sociales que propalan estupideces con una frecuencia inusitada.

En época de escuelas y agencias de inteligencia, donde los servicios secretos operan y arman causas judiciales truchas de manera obscena y flagrante, en donde el famoso “estado de derecho” brilla por su ausencia, vulnerándose todas las agarantías constitucionales de los brasileños, hay que implorar al rejunte de corruptos que se han hecho cargo del país que le permitan competir al obrero metalúrgico que sacó a millones de compatriotas de la pobreza cuando le tocó gobernar, y que perfectamente puede hacerlo de nuevo ante el desastre ocasionado por la gestión del traidor y paradójico líder de la banda, Michel Temer.

«Lo que se está preparando en Brasil es un golpe militar por la vía pasiva. El expresidente Lula es un preso político, se le han violado todas las normas del debido proceso, se le ha convertido en jefe de una organización criminal sólo por el hecho de haber sido presidente, como si cualquier mandatario tuviera que asumir la responsabilidad por los hechos delictivos que suceden durante su Gobierno«, opinó el expresidente colombiano Ernesto Samper.

Si uno lee las imputaciones del juez Moro, si observa la maniobra vil para mantenerlo encerrado, si se sumerge en la lectura de los argumentos y las sentencias que lo condenaron, sólo le resta agarrar un revólver (en las favelas de las principales ciudades del país se consiguen gangas fácilmente) y salir a vengarlo, matando la mayor cantidad de policías-militares posible. ¿Cómo se puede tolerar semejante atropello en pleno siglo XXI?, ¿cómo admitir el retroceso del país a un esclavismo vil, peor que el que padeció cuando pertenecía aún a Portugal?

Las aberraciones jurídicas se suceden. A Lula ni siquiera le permiten recibir visitas como los presos normales. Lo tienen aislado y mal alimentado: es su botín más preciado, carne humana y mente de izquierda. Quieren escarmentarlo pero él se presentó igual a la presidencia. Tiene cojones y lo ha demostrado. La suya ha sido una vida de luchas duras, sufrimientos heroicos y una obra pensando siempre en el bienestar y el progreso de los trabajadores. Apenas el PT inscribió su candidatura ya recibió seis impugnaciones de parte de los jueces y fiscales mercenarios del imperio. No en vano Perro Loco Mattis visitó Brasil para impartir instrucciones. Aquí no se dará el brazo a torcer y se lo proscribirá. Además, está asegurado el fraude a favor de Bolsonaro o del monigote que propongan Temer y sus jefes de la CIA. Hay miles de opciones para evitar que el PT retome el poder, que haya alivio para la población hambrienta, en vías de extinción por la violencia narco y la desocupación crónica que tienen envuelto al país como un cáncer persistente, inoculado por las medidas cavernícolas del gobierno vigente.

Ustedes ya llevaron a Brasil a un abismo insondable. Ya tuvieron su hora de ignominia y traición. Ya no quedan más coimas ni negociados por hacer, al igual que sus vecinos argentinos y paraguayos han armado timbas financieras para divertirse con sus millonarias cuentas offshore. Les puedo asegurar que si no lo hacen ahora, antes de que concluya el mes de septiembre, cuando los oprimidos se levantan (y Dios sabe que lo harán), les cortarán sus cabezas sometidas a cirugías plásticas para jugar al fútbol con ellas, y mejorar la performance de la selección en el mundial de Qatar. ¡Así que liberen a Lula, filhos da puta!

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