El idealista

¡Oh, tú, que tienes audaces hazañas que contar!
¡y tú, que has sentido el hechizo de la ambición!
¿has oído del piojo que anhelaba vivir

en la cabellera dorada de una reina?
Suspiraba todo el día y suspiraba toda la noche,

y nadie podía comprenderlo,

porque la cabeza de una puta es la delicia de un piojo,

pero él languidecía por la cabeza de una reina.
Así que abandonó a sus compañeros en alegre juego,

y solitario se fugó del hogar de su juventud tan brillante y divertido,

y gloriosamente sucio.

Y al final llegó a la puerta del palacio,

y se hizo camino de manera directa

(porque un piojo puede ir hacia donde un hombre lo espera)
al dormitorio de la reina.

La reina le hablaba a su ajetreada doncella:

«Me temo que hay algo que me preocupa.

Esta noche temprano para el sueño,

mira cómo debe verse mi pelo trenzado».
Y cuando peinaban aquel cabello brillante,

lo encontraron solo en su gloria allí y lloraba:

“Me muero, pero no me importa,

¡porque he vivido en la cabeza de una reina!»

 

traducción: HM

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