El artista
Todo el día pensando con semblante ansioso a través del diccionario,
perseguía en medio de un millón de palabras la única que podría hacerlo.
Deambuló de taberna en taberna, nunca dejó de buscar
con el cerebro ardiente y los lápices tallados, la Palabra Única.
Dijo él: “La clavaré o moriré. ¡Oh, Cielos, ayúdenme, os lo ruego!”
Y entonces un auto pesado venía corriendo y él estaba en el camino.
Lo llevaron de urgencia al hospital, y aunque su chance era escasa, gritó:
“Estiraré la pata, pero debo encontrar la Palabra Única”.
Creyeron que estaba fuera de sí, y podía ser eso,
cuando se inclinaban sobre su cama balbuceaba suave y bajo.
Y entonces escucharon que decía un nombre, aunque no lo hallaron extraño…
Al fin él encontró la Palabra Única: sólo Dios.
traducción: Hugo Müller