Una dama que piensa que tiene treinta
Miranda se despierta a regañadientes,
siente el sol con terror,
reacia da un paso, estremeciéndose hacia el espejo.
Miranda, en la visión de Miranda,
es vieja, sucia y gris,
veintinueve tenía anoche, treinta esta mañana.
Brillando como la estrella matutina,
como el resplandor del crepúsculo,
asaltada por un calendario, Miranda está suspirando.
Chica tonta, chica de plata, lleva el espejo hacia ti,
el tiempo que hace arremolinar los años
te ha adornado como te ha adorado.
El tiempo es atemporal para ti,
los calendarios para el humano,
¿qué es un año, o treinta, para la hermosura hecha mujer?
Oh, ya la noche no verá más los treinta,
aún bajo su suave ala, Miranda,
recoge tu espejo y dime, entonces,
¿qué edad tiene la Primavera, Miranda?
Ogden Nash, traducción: HM