Vargas Llosa y la prostitución de la derecha intelectual
por Alvaro Correa
El conflicto en Cataluña, a la mayoría de los involucrados, los tiene cansados y desgastados. Años y años de amenazar y proclamar una independencia vana y fugaz, endeble e inasible. Referéndums, y referéndums de referéndums, pasos hacia la libertad que no son tales, amagues de modificaciones de la constitución española o de la comunidad autónoma. Gestos y provocaciones de un lado y otro, posturas ridículas de ambos bandos, inutilidad del debate y del diálogo. Discursos agotados y palabras impotentes. La escalada está más inflada por los infames medios de comunicación que por la realidad concreta de las calles. Los intercambios comerciales continúan y los flujos turísticos a Barcelona no han menguado a pesar del atropellamiento masivo que hubo en las Ramblas hace sólo un par de meses. La vida sigue adelante, el show debe continuar, y por eso el gobierno español no tuvo mejor idea que contratar al escritor Premio Nobel peruano Mario Vargas Llosa a hablar en el acto contra los propósitos independentistas. Vargas Llosa hace rato conduce ideológicamente a la desvaída derecha latinoamericana con un liderazgo pedantesco que apesta. Viene siendo vocero no sólo de las élites burguesas enquistadas en el poder de los respectivos países, sino que se ha nacionalizado español y aceptó el convite de su colega Rajoy. En una charla previa, reunido con sus amigos banqueros y empresarios, explotadores, golpistas, ladrones de guante blanco, falsificadores, y promotores del terrorismo, les contó y les hizo reír sobre sus acciones de encubrimiento de los crímenes de altos mandos militares en Perú, sus tácticas y estrategias para evadir impuestos, el dinero público robado en la caso “La Púnica”, cómo consiguió que le concedan innumerables premios con su catarata de novelas ilegibles y su lobbysmo simpaticón, su complicidad con los asesinatos de periodistas, y sus colaboraciones para la CIA, siendo un tercerizado importante de la agencia de inteligencia estadounidense.
Una vez llegado al palco, hinchado y ensoberbecido como pocas veces se lo había visto, su arenga frente al “pueblo” catalán antiseparatista estuvo conformada por los mismos clichés y lugares comunes que usan Rajoy y su equipo del PP, con ese gustillo a la España rancia del franquismo que cautiva a sus admiradores. El viejo escritor añora sus años de juventud, cuando se creía rebelde e inmortal, capaz de incidir en la vida de las personas. Su gigante y desbocado ego lo ha colocado en una posición cada vez más indigna. Ya en Perú fue repudidado por millones de compatriotas que conocen su pasado, su presente y su futuro, y prefieron sufrir con Fujimori antes de ser torturados con sus novelas. ¿Por qué se mete a hablar del nacionalismo catalán un escritor peruano, que debiera dedicarse a otros menesteres?, ¿por qué defender a una España que nadie ataca, o es que efectivamente quieren meterle «metralleta al coletas», o a cualquier cosa relacionada con la igualdad social en territorio ibérico o en el mundo? ¿Cuál es el real peligro de una eventual independencia de Cataluña para el establishment y el grupo de ricachones para el que trabaja el peruano? Son interrogantes inexplicables que Maldita Realidad procurará desentrañar si es que se destraba en algún momento la ya empalagosa cuestión catalana.