El Comando Sur comienza su despliegue para dar el golpe en Venezuela
por Máximo Redondo
Mientras en Colombia el Estado –en sus diversas modalidades- continúa masacrando campesinos y defensores de derechos humanos, indígenas y ambientalistas, a un ritmo escalofriante, están próximas a iniciarse las maniobras de Tabatinga en la triple frontera que vincula Brasil, Colombia y Perú, conducidas por el Comando Sur de los Estados Unidos, la famosa Sexta Flota que Trump tiene para jugar a la guerra en la región. En estas maniobras se practicará con armamento pesado y con despliegues de fuerzas imitando una eventual invasión a territorio bolivariano (desde el Perú, que ni siquiera tiene frontera con Venezuela. El terrorismo interno, meticulosamente planeado por la inteligencia yanqui, no viene dando los frutos y usufructos esperados para terminar con la era de Maduro. Por eso, la opción militar tiene que estar a la carta para solicitarla en su menú imperial.
En Venezuela, la unidad de la Fuerza Armada Bolivariana y la capacidad de lucha del pueblo logró un escenario proclive a la elección de una gloriosa Asamblea Constituyente, que está tratando de reconstituir el poco orden que quedó en el país. El intervencionismo bélico, la “fuerza y verdad” de las armas, parece ser la única opción que les queda a los guarimberos que se han quedado sin trabajo. Los lobbystas e ideólogos del neoliberalismo no encuentran otro camino. Los gobiernos profundamente reaccionarios que se campean en Sudamérica (con la honrosa excepción de Evo Morales en Bolivia) parecen dispuestos no sólo a entregar su patrimonio y recursos naturales, sino a edificar e implantar bases militares yanquis por todos lados. En esta competencia, Kuczynski, Temer y Macri se sacan chispas con Juan Manual Santos, y tratan de aventajar al paraguayo Cartes, y a los insulsos Bachelet, Tabaré Vázquez y Lenin Moreno, cuya abyección siempre será mediocre comparada con la de sus pares de UNASUR.
El neocolonialismo pretende avanzar de esta forma una vez más, atropellando, violando y matando, asestando golpes a los pocos países independientes y soberanos que quedan en nuestra América. Para ello, incentiva y vende armas cada vez más dañinas y poderosas a los cipayos en el poder y organiza maniobras como las de Tabatinga. Trump sueña con devastar la paz en Sudamérica, quiere que su mensaje cale hondo en militares colombianos, brasileños y peruanos dispuestos a dar por culo a los soldados bolivarianos (y bolivianos) que apenas están pertrechados con kalachnikofs y otras armas rusas vetustas. Se ve que la “Triple Alianza” es la forma patentada de hacer la guerra en Sudamérica por parte de las multinacionales y gobiernos imperiales.