¿Toma de colegios o tomadura de pelo?
por Máximo Redondo
Desde hace un mes, cuando se filtró un documento emitido por el Ministerio de Educación porteño, donde se anunciaba la implementación de una reforma radical del currículum de la escuela secundaria, los jóvenes comenzaron a tomar sus colegios, imbuidos de un sano espíritu del mayo ’68 francés, o si se quiere, de la primavera kirchnerista y de los defensores de derechos humanos. El motivo: a partir de la reforma los alumnos de quinto año estarán obligados a trabajar en empresas privadas u ONGs, reduciéndose el contenido de las asignaturas básicas y especiales y las instancias de evaluación, a fin de insertarlos en puestos precarizados y no remunerados, bajo la denominación “prácticas educativas”.
La reforma, que se proyecta como un experimento horrendo –y de la cual aún la ministra no ha difundido su texto- se pondrá en marcha próximamente en 17 escuelas de la ciudad de Buenos Aires. Acostumbrado a mentir descaradamente, el gobierno porteño planteó que antes de “lanzarla” consultaron su esencia con cien representantes del sistema educativo, expertos en la materia, pero tanto los alumnos como los docentes leyeron con consternación un proyecto que jamás fue puesto a consideración de la comunidad educativa.
Los funcionarios y periodistas que los entrevistan tratan a los estudiantes como delincuentes, intentando judicializar las tomas, amedrentando y amenazando con llevarlos a comisarías o institutos de menores. Estas prácticas se iniciaron hace unos meses como una política de estado con la presencia, bajo cualquier pretexto, de personal de fuerzas de seguridad portando armas en las escuelas.
Lo que sea que se encubra bajo el rótulo “Nueva Escuela Secundaria” o “la Secundaria del futuro”, impulsado por el PRO, acabará favoreciendo el trabajo esclavo y multiplicando las sonrisas de los empresarios amigos del presidente, para el regocijo de su “gente”, que incluye a los familiares de los funcionarios que lo acompañan en su vertiginosa destrucción de la industria nacional.
Igual el macrismo sabe de desgaste y tiene el 99% de los medios de comunicación cooptados. Las tomas fracasarán ante una falsa llamada al “diálogo” y una vez más el neoliberalismo lavador de guita impondrá condiciones. La imbecilización de los jóvenes continuará firmemente, la brutalización de sus sueños a la par. Ya lo que han hecho en los niveles terciario y universitario, por no hablar del primario, acabará por borrarle todo sentido a la adolescencia: la edad perpetua en la que vive el presidente y líder de Cambiemos.