Luciérnagas en el jardín
Aquí vienen estrellas reales para llenar los cielos superiores,
y aquí en la tierra vienen luciérnagas que las emulan,
que aunque nunca igualen en tamaño a las estrellas
(y nunca fueron realmente estrellas en su corazón),
logran a veces un inicio muy parecido al de una estrella.
Sólo, por supuesto, no pueden sostener su parte.
por Robert Frost, traducción de HM