El kuchinkismo viene zafando

por Máximo Redondo

En un contexto regional favorable, las consecuencias de la gestión de PPK (mientras Humala y su esposa continúan injustamente presos) comienzan a destacarse en los tradicionales paisajes y pinturas de pobreza y desolación que se hallan en todos los rincones del Perú. Un geronte que trabajó toda su vida para las empresas y organismos de crédito internacionales responsables de la calamitosa situación que atraviesan los trabajadores peruanos y las comunidades ancestrales del país, añade a su currículum su condición de presidente, cómplice de los peores crímenes del terrorismo de estado peruano y pivot del accionar estadounidense en todo el continente. Su programa neoliberal estandarizado no sólo detuvo el “milagroso” crecimiento del país durante los años del nacionalista Humala, sino que agravó la ya de por sí patética infraestructura de los sistemas de educación y salud, que vienen soportando fuertes huelgas por las cuales denuncian las condiciones laborales espantosas en que deben ejercer su función profesional (maestros y médicos), quienes ya entregaron varias vidas en la lucha durante la gestión del judío Kuczynski.

El último fin de semana, los líderes gremiales perseguidos y acosados por la justicia y la prensa, como ocurre en toda Latinoamérica, decidieron levantar la huelga en el caso de los docentes. A su líder se le atribuyen contactos con Sendero Luminoso, excusa tan delirante como las que se crean y exponen para combatir a los mapuches en Argentina, y a cuanta resistencia indígena se esté llevando a cabo en el continente. El fantasma de “Sendero” y de Abimael Guzmán han servido de señuelo para la libertad de acción de los escuadrones de la muerte fujimoristas, especialmente durante la gestión de Vladimiro Montesinos. La guerra del terror exportada por Estados Unidos al mundo tiene una lastimosa vigencia en el Perú, lo que se ha reforzado durante el kuchinkismo. Ellos necesitan resucitar la mística de Sendero para justificar la compra de armas y la estabilidad del negocio del narcotráfico, manejado absolutamente por los antojos de los delegados de la DEA. Y Perú es el primer productor de coca a nivel mundial. Así como están cercando a Venezuela, quieren rodear a Evo Morales y minar su poder. Bolivia es el único país que se mantiene inoculado a la concepción enferma y egoísta de la vida del capitalismo.

Estas disquisiciones no hacen sino corroborar que Perú se encuentra casi tan perdido como Chile en esta materia. Se supone que sus pueblos son reaccionarios y les gusta la disciplina, la judaica visión del universo que deposita la esencia del hombre en el capital y el progreso. Así depositaron su confianza en el viejo Kuczynski, el hombre respetado por el mundo de los negocios y el capital financiero, quien puede terminar la obra maestra de terror que hicieron con el Perú los gobiernos burgueses desde Alan García hasta la actualidad. La verdad es que la bella Verónika Mendoza, o el mismo Camarada Gonzalo, parecen hoy los mejores candidatos para arrebatarle la primera magistratura al antiperuano K. Capaz que Dios se apiada de sus hijos cuzqueños si logran atravesar el vía crucis de los años kuchinsqueños.

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