Viento y flor de ventana
Amantes, olviden su amor,
Y alístense al amor de estos,
ella, una flor de ventana,
y él una brisa de invierno.
Cuando el velo gélido de la ventana
fue derretido al mediodía,
y el pájaro amarillo enjaulado
se colgó sobre ella entonado,
él la marcó a través del cristal,
no podía resistirse a marcarla,
y sólo la dejó para volver en la oscuridad.
El era un viento de invierno,
hecho de hielo y nieve,
maleza muerta y aves solteras,
y poco de lo que el amor podría saber.
Pero suspiró sobre el alféizar,
le dio una sacudida al marco de la ventana
como atestiguamos todos los
que adentro estábamos despiertos aquella noche.
Quizás él medio prevaleció para conquistarla para el vuelo
desde el vidrio iluminado por el fuego
y la luz caliente de la estufa.
Pero la flor se inclinó a un lado
y pensó en nada que decir,
y la mañana encontró a la brisa a cien millas de allí.
poema de Robert Frost, traducción de HM