Departamental
poema de Robert Frost traducido por HM
Una hormiga en la ropa de tela
se convirtió en una polilla latente de varias veces su tamaño.
El no mostró la menor sorpresa.
Su negocio no era con eso.
Apenas le dio un toque,
y ya estaba afuera de su carrera de obligaciones.
Aún cuando encontrará una de la cuadrilla de investigación de la colmena
cuyo trabajo fuera descubrir a Dios
y la naturaleza del tiempo y el espacio,
la hubiese puesto adentro de una caja.
Las hormigas son una raza curiosa;
una atravesando con paso acelerado
el cuerpo muerto de una de las suyas
no da un momento de respiro,
pareciera que lo hace sin impresionarse.
Pero él sin duda informa a cada una con la que cruza sus antenas,
y ellas sin duda informan a la corte superior.
Luego la palabra sale adelante en fórmico:
‘La muerte vino a Jerry McCormic,
nuestro desinteresado forrajero Jerry.
El especial Jenízaro cuya oficina está para enterrar
la muerte del comisariado,
hará que lo traigan a casa, a su gente.
Dejadlo sobre un sépalo.
Envolvedlo para el sudario en un pétalo.
Embalsamadlo con icor de ortiga.
Esta es la palabra de tu Reina’.
Y entonces apareció en escena una solemne funeraria;
y tomando posición formal,
con los fieles calmos en la atmósfera,
tomó al muerto por la mitad
y levantándolo alto en el aire lo sacó de allí.
Nadie se mantuvo alrededor para ver.
No era el asunto de ningún otro,
no podía ser llamado innoble
pero cuán profundamente departamental.