Salman Abedi, un lobo de ISIS
(Agencia Maldita Realidad)
Ayer hubo un nuevo atentado en Europa (por más brexit que quieran, Inglaterra para nosotros continúa siendo europea), más precisamente en Manchester, ciudad portuaria y otrora fabril, que además de buenos equipos de fútbol, dio una banda de pop asquerosa como Oasis que denigró el género rock hasta darle un tinte de histeria contemporánea vacía de contenido. Allí, en el Manchester Arena, en el recital de la ídola adolescente del pop yanqui Ariana Grande, de 24 años de edad y abultadas cuentas multimillonarias, se inmoló un muchacho islámico, escogiendo para hacerlo –casi como un pervertido exquisito- el final de la performance de Grande. Ese fue el escenario y el momento elegidos por el combatiente de ISIS para devolverles a los países que los invadieron un poco de su cruda medicina. Y es que Trump puede lanzar “la madre de todas las bombas” o bombardear Siria o el país que se le antoje, y todo el mundo reaccionará reconociéndole algún mérito por aniquilar por ejemplo 90 civiles yemeníes, y se disputarán el lugar de lugartenientes. En cambio, si el atentado a la vida, si el crimen de lesa humanidad se produce en un estadio durante un concierto dirigido al público infanto-juvenil descerebrado por el pop chatarra, el pop-corn, y toda la estupidez que destila la cultura pop estadounidense, entonces se merece el repudio, la congoja y la venganza de los ejércitos de Occidente. El crimen no paga, es así y sin apelaciones: la violencia engendra violencia. El mismo día Israel reprimió y encarceló a 100 nuevos jóvenes palestinos para sumarlos a las aborrotadas cárceles donde los presos vienen cumpliendo una gloriosa huelga de hambre que el mundo –más bien los grandes medios de comunicación del mundo- ignoran alevosamente. Si bien como lobo solitario no actuó tan torpemente como lo venían haciendo sus colegas en Francia y en el corazón de Europa (Bruselas), el hecho de haber aguantado casi por entero el desempeño de Ariana le merece nuestra más enérgica condena. Se tendría que haber ido tranquilo sin matar a nadie, ahora sólo le traerá a su pueblo mayores sufrimientos. Los sanguinarios piratas ingleses han juramentado vengarse. Por ahora no entendemos bien cómo: ISIS no es otra cosa que una creación de sus servicios secretos, en combinación con los estadodunidenses y franceses. Son sus combatientes los que hacen estos desastres, son ellos mismos quienes necesitan justificar sus guerras y gastos militares.