La verdad sobre el cónclave Papa Francisco-Donald Trump

Por Poto Valdes

Esta vez no nos llegó la versión de audio del encuentro que tuvieron el papa y el presidente yanqui en El Vaticano. Y es que iba a ser un lío, con dos lenguas y dos traductores en el medio, chapuceando Trump algo de espanglish y Francisco boludeando con el idioma de Shakespeare. En el marco de su primer gira por el mundo, que comprendió Arabia Saudita, Israel, El Vaticano y Bruselas, los agentes de Donald lograron una entrevista con el papa argentino, orgullo nacional y figura global con llegada a los centros de poder –militar y financiero- más concentrados del planeta. Seguramente múltiples publicaciones se arrogan conocer detalles de la reunión, que nosotros sepamos, el único medio que estuvo presente fue Maldita Realidad, a través de su enviado a cubrir la gira del adalid estadounidense. Su simpatía y bonhomía le permitieron ganar la confianza de Francisco, y le rogó de mil maneras que lo dejara disfrazarse de guardia suizo para atestiguar el cónclave que él mismo, le dijo que era histórico.

-Es como la canción de John Lennon, tienes que darle una oportunidad a la paz –le dijo el papá al líder yanqui luego de los saludos protocolares, en lo que Trump decidió no apretarle la mano a Francisco, y respetar su tensión de octogenario. En definitiva, más que dos líderes mundiales, se podían considerar dos gerontes con necesidad de utilizar pañales descartables.

-Esto de venderle armas a los árabes por cifras siderales no debería ocurrir en el reino del Señor –añadió el papa argentino. -Esto de saludar y bendecir gobiernos golpistas en América Latina tampoco es una buena política. Desapareció mucha gente, mirá lo que está pasando en México –ahondó Bergoglio en su mensaje de alerta y prevención a su colega estadounidense.

-Hay mucho terrorismo, mira lo que pasó en Manchester, ¡qué crueldad! Yo voy a eliminar a el Daesh, y a lo que queda de Al Qaeda, vas a ver, Francisco, dormí tranquilo que lo vamos a lograr –replicó Donald en tono campechano y forzadamente respetuoso hacia la figura papal.

-Es una barbaridad. Hacé como Obama, que ganó el premio nobel, no seas gil, si te están haciendo la vida –bah, la presidencia- imposible en tu país…

-No entiendes, Francisco, el pueblo está conmigo. Ya basta de política y democracia, a la gente sólo le interesa vivir bien, segura –refutó el mandamás mundial con acento lapidario.

El papa pensó en su reciente viaje a Egipto, en cómo saludó a los cristianos perseguidos en el país africano, cuando le dio la mano al tirano Al Sissi, ni tuvo tiempo de visitar las pirámides. La ciudad de El Cairo con calles semivacías, con un clima de terror latente y patente en las caras de los egipcios, le dieron mucho trabajo a su conciencia, al punto de que aún no había digerido miles de imágenes macabras.

-Nosotros, como Estado, también nos enteramos de cosas, podemos ser los únicos que traigamos la paz. Si no se va a destrucir el mundo, hombre, ¿cómo es eso que niegas el cambio climático, que aseveras que todo es una farsa? Hay que ser obtuso para no darse cuenta del ritmo infernal que están adquiriendo los desastres naturales…

-Pamplinas, a ti, Santidad, también te han engañado. El mundo está fantástico, sólo hay que eliminar a los terroristas y habrá tranquilidad en las calles. Hasta en la misma Venezuela…

Francisco cayó en la cuenta de que Trump no era permeable a sus ideas, por más que a la salida de la entrevista declaró que estaba impactado por el “aura” de Francisco. Prefirió conversar con Melania sobre asuntos matrimoniales y del dogma católico romano.

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