VIII. Allanamiento policial

En el camino a la Universidad, los profesores compraron dos botellas de vino. Platicaron en el trayecto sobre diversos vicios en que incurrían al poner en práctica sus dispositivos didácticos.

-Yo a veces les doy tanta libertad a mis alumnos que me echo una siestecita mientras ellos debaten pacíficamente algunos temas que copio en el pizarrón –dijo Francisco.

-Sí, a mí me gusta hacerles catar whiskys y cervezas, se arman una discusiones bárbaras sobre los sabores, la composición y la eficacia cirrótica de las bebidas –confesó Ariel.

El clima en la Universidad estaba espeso. Ciertos personajes públicos habían denunciado que en «Desocupación y Ocio» se habían infiltrado elementos guerrilleros e iban a pasar una película inmoral. El convenio estudiantil y docente de intercambio de tecnología, que había firmado Carlos con el rector de la Universidad Colombiana de la Cocaína, generaba suspicacias y sospechas. La presencia de estudiantes colombianos en Buenos Aires constituía una amenaza para los plutócratas porteños. En consecuencia, a través de sus esclavos enquistados en el gobierno, movilizaron a la Policía y a Gendarmería Nacional para que allanasen el recinto académico en búsqueda de armas, drogas o la copia de la susodicha película. Por supuesto, del mismo modo en que los estadounidenses no hallaron rastros de armas químicas en Irak, tampoco encontraron los peritos policiales nada que fuese extra-académico. Revisaron los Talleres de Drogas de arriba a abajo sin localizar ni un estupefaciente ilegal. Chalados, los profesores divisaron en forma translúcida cómo los estudiantes, munidos de antorchas y hondas, protestaban con cánticos armónicos que revelaban una furia extraordinaria, retratando a los policías en toda su cobardía e imbecilidad.

De todos modos, desde la perspectiva de la Cirrosis, considerada ésta como una disciplina científica, el mal y la delincuencia no se pueden combatir, dada la perversidad de las democracias contemporáneas, que son una parodia armada con instituciones cínicas. En consecuencia, ambos catedráticos se mantuvieron expectantes ante los desplazamientos y movimientos de los policías, que no querían abandonar la Universidad habiendo fracasado en su búsqueda. Jesús se había encargado de ocultar la película, algunas reliquias como kalashnikofs, plantas de amapola y cannabis, absolutamente inofensivas, y algunas bolsas de cristal boliviano, que podían comprometer a la institución y a Carlos. En relación con el director, su amigo funcionario del Ministerio de Educación lo llamó para tranquilizarlo.

-No te preocupes. Es un espectáculo para la prensa, te estoy haciendo propaganda gratis.

-Sí, pero ingresaron a mi despacho y me revolvieron las cosas. No te olvides que aspiramos a la excelencia y la calidad de nuestra imagen saldrá dañada con este allanamiento.

-No te creas, a veces los escándalos favorecen, vos sabés que la sociedad está enteramente desquiciada.

-Voy a encargarle una investigación al respecto a mi Departamento de Estadísticas, si es que tus inspectores mantuvieron intactos nuestros sistemas de seguridad.

El funcionario se rió y luego dijo:

-En un par de horas te dejan la Universidad limpia y reluciente. Ya convocaste a un montón de vagos en las puertas que están estorbando la retirada. Por favor avisáles.

-Okey, después hablamos –se despidió Carlos.

Así fue que Pepe Santillán, portavoz y lógico líder del CEDO (Centro de Estudiantes Desocupados y Ociosos), por un altoparlante, conminó a sus seguidores a dar una vuelta a la manzana para permitir que se reacomodaran las aulas y reanudar las clases lo más pronto posible. Luego de ovacionarlo, los estudiantes obedecieron, y haciendo piruetas y acrobacias con fuego, se fueron bailando por la calle cortada, celebrando la victoria con más cantos soeces que procuraban abochornar al gobierno, declarado ahora enemigo de la Universidad. Los docentes fueron los primeros que ingresaron tras el allanamiento. Al recibirlos el portero con una sonrisa, coligieron que la película, las drogas y armas ilegales habían sido camufladas con éxito.

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