Si yo creyera
Si yo creyera en la muerte,
ten por seguro esto:
es porque me has amado,
la luna y las estrellas del atardecer,
y las flores de oro creciendo
y las de plata enmudeciendo
en las olas del mar.
Una noche no confié
cuando en mis dedos
cayó tu cuerpo brillante,
cuando mi corazón cantó entre tus pechos perfectos.
La oscuridad y la belleza de las estrellas
estaban en mi boca,
pétalos danzaron contra mis ojos y abajo
las lejanías cantantes de mi alma hablaron al verde,
y pálido mar, que parecía saludar en su partida irrevocable,
te conocía a tí, muerte.
Y cuando ofrecí cada noche fragante,
euando todos mís días debieron tener antes
un cierto rostro transformado en perfume blanco solamente,
desde las cenizas, entonces,
tu te levantarás e irás hacia ella
y cepillarás la tristeza de sus ojos
y le dirás a su boca la nueva flor con alas inimaginables,
donde mora el aliento de todas las estrellas persistentes.