Quizás no siempre sea así, y digo
Quizá no siempre sea así, y digo:
si tus labios, que he amado, tocaran los de algún otro,
y tus fuertes y queridos dedos agarraran su corazón,
como el mío en un tiempo no tan lejano,
si sobre el rosto de otro tu dulce pelo yaciera
en el mismo silencio que conocí,
o aquellas grandes palabras retorcidas,
exageradamente pronunciadas,
permanecieran indefensas frente al espíritu de la bahía;
si éste fuera, digo, si éste fueras vos, de mi corazón,
enviame una pequeña palabra,
que yo iré detrás de ella,
y tomaré sus manos diciendo: «Acepta toda felicidad de mí».
Luego giraré mi rostro y esucharé a un pájaro
cantando terriblemente allá lejos, en las tierras perdidas.