Mi confesión

Amo sentir la gran fuerza del viento,

en mis enhiestas velas de seda;

como en mi torre con enredaderas,

mi Dragón Cometa ha volado.

Cada racha de brisa que agita los árboles,

golpea en mi cometa de seda,

enviando melodías como aquellas que surgen

debajo de la luz viviente.

La cuerda de seda (una cosa delicada,

y blanca, y brillante y nítida),

me apuré hasta un fonógrafo

e hice que las brisas hablaran.

Así es como escribo mis historias,

el viento sobre la cuerda,

esclarece los cielos soleados de gloria

y me cuenta todo.

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