Funeral nocturno en Harlem
Funeral nocturno en Harlem:
¿de donde sacaron dos autos finos?
El hombre del seguro, no pagó–
su seguro venció el otro día–
aún tienen una caja de raso para que repose su cabeza.
Funeral nocturno en Harlem:
¿quién envió aquella corona de flores?
Esas flores vienen de los amigos del pobre chico–
ellos querrán flores también,
cuando encuentren su final.
Funeral nocturno en Harlem:
¿quién sermoneará al chico negro en su tumba?
El viejo predicador
despidió al chico–
cobró cinco dólares,
su novia tuvo que pagar.
Funeral nocturno en Harlem:
cuando todo terminó
y la tapa se cerró sobre su cabeza
y el órgano dejó de tocar
dichas las últimas oraciones,
seis portadores lo llevaron para su muerte
afuera por Lenox Avenue,
el largo y negro coche fúnebre,
la luz de la calle en la esquina brilló como una lágrima–
aquel muchacho que estaba llorando
fue tan querido, tan querido
para los amigos que trajeron flores,
por la chica que le pagó al predicador–
Eran todas sus lágrimas las que hacían grande el funeral de aquel pobre chico.
Funeral nocturno en Harlem.