El sueño de Klondyker

En sueños de medianoche yace el Kondyker;

la nieve caía rápidamente, el frío era intenso;

pero cansado y hambriento, sus preocupaciones se desvanecieron,

y visiones de cenas lo llamaron desde entonces.

Soñó en su hogar, con la mesa del comedor,

y sirvientes que esperaban cada una de sus peticiones,

se mantuvo, oh, para comer, para comer todo lo que era capaz,

porque, ¡sí!, de todos los sueños que soñó éste era el mejor.

Luego Fantasía sus maravillosos milagros forjó,

y le ordenó al delgado hambriento que saliera de la cama,

el Klondyke que había dejado allá lejos, detrás de sus pasos,

buscando el lugar donde los hambrientos siempre puedan ser alimentados.

Vino de buen talante, la mesa estaba servida;

el rico y fragante café estaba caliente y humeando;

los pasteles y budines estaban todos bien alineados,

el bife estaba hecho, oh, hecho a punto.

Sus dedos estaban temblando, tan rica estaba la comida,

Y cuando Gracia terminó él murmuró ¡amén!

Y tomó, de todos los platos, el bife tan extraño;

¡Oh!, era el más feliz de los hombres.

La quijada del soñador se movía con alegría;

la comida apuraba a su paladar, sus privaciones parecían terminar;

un sentimiento de plenitud se apoderó del muchacho –

«¡Oh, Dios, tú que me has alimentado, no te pediré más!»

¡Oh!, ¿de dónde es esa forma que ahora explota sobre su ojo?

¡Oh!, ¿qué es ese sonido que ahora atrapa su oreja?

«¡Es el perro de Klondyke robando tan astuto,

es un crujido de mandíbulas, un crujido bien cerca!»

Se levantó de las sábanas, agarró su escopeta;

el Hambre Demacrada lo confrontó con imágenes funestas,

pero fuera de la tienda fue el perro en su carrera,

porque bien sabía cuándo era el tiempo de retirarse.

El último pedazo de panceta se fue de la bolsa;

él lloró, oh, él lloró, porque sabía lo que significaba;

el último pedazo de panceta – nunca más volvería;

de aquí en adelante su dieta debería ser de pan amargo y cereales.

¡Oh, Klondyker, ay de los sueños de la buena comida!

Al despertar te dejarán, te dejarán en el vuelo;

¿dónde ahora está ese bife tan jugoso y raro;

el café, el budín, el pastel y la torta?

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