¿viejo?
Cumpliré 73 años en agosto, casi el tiempo para hacer mis valijas e ir de parranda por la oscuridad. Pero hay dos cosas que me retienen. Todavía no escribí suficientes poemas y está el viejo que vive en la casa de al lado. Todavía está allí y tiene 96. Golpea su ventana con su bastón y le envía besos a mi esposa. Está totalmente alerta, derecho como una flecha, rápido de pies, mira demasiada TV pero, ¿no lo hacemos todos? A veces voy a visitarlo. Habla bastante bien, a veces tiende a repetirse pero casi vale la pena escucharlo una segunda vez. Un día estaba sentado con él y me dijo:
-Sabes, dentro de poco voy a palmar…
-Uh –dije-, no lo sabía.
-Yo sí –dijo. –Ahora mirá, ¿no te gustaría comprar mi casa?
-Qué bien, sí, es un bonito lugar.
-No sé si podrás darme lo que pido por ella…
-Bueno, no sé, decime qué pedís.
-Bueno –dijo-, la cambio por un nuevo par de testículos.
Cuando este hombre se muera quedará un gran espacio vacío que será difícil de llenar. ¿Sabés a qué me refiero?