Velocidad del dinero

Estoy encantado por la velocidad del dinero mientras silba a través de las ventanas de Lower East Side,

encantado por los rascacielos elevando los viejos y sucios departamentos que caen en la calle 84,

encantado por la inflación que me conduce a las calles,

después de todo, ¿qué hay de bueno en la granja familiar, por qué comer pavos de a miles cada Día de acción de gracias?

¿Por qué no tener Star Wars?, ¿por qué la misma vieja America?!?
¡George Washington no era tan bueno! Tom Paine, un dolor en el cuello,

¡Whitman, qué pelmazo!

Estoy encantado por las tasas de interés de doble dígito en el mundo Capitalista,

siempre fui un comunista,

ahora ganamos una usura que

hace más finas las paredes,

los libros más gruesos y tontos,

la usura hace más valiosa mi poesía

mis manuscritos merecen su peso en oro inútil –

ahora todos son ateos como yo, nada es sagrado,

comprar y vender a tu abuela, comerse las viejas casas,

bebés pedaleando en la calle, chicos lindos en venta en Times Square –

te puedes chutar heroína, esnifar cocaína,

¡los tipos machos pueden pelear en la frontera nicaragüense y ser pagados con papel!

La velocidad es lo que cuenta mientras la Deuda Nacional crece enormemente,

todos corren detrás del dólar que sube,

multitudes de corredores por Broadway, pasando por City Hall en camino a Wall Street,

nadie lee los libros de Dostoievski, por lo que harán oídos sordos a mis desvarios fragmentados entre los discursos del Presidente,

nada sucede excepto el colapso de la Economía, así que puedo volver a dormir hasta que el propietario gane en la corte su demanda de desalojo.

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