maravilloso
Muy bien, dejá que entre la lluvia, dejá que entre la lluvia, dejá que entre. En el techo, la escucho en el techo. Sé que calma viejas y nuevas heridas. Entonces también, uno siempre recuerda los días en que no había techo y llovía. Uno no olvida eso. Lloverá toda la noche y dormiremos traspasados por el agua oscura mientras nuestra sangre corre por nuestra frágil vida. Dejá que entre la lluvia, el caldo divino.