los poderes

Había una multitud en esta cena. Todos contaban chistes de una manera u otra. Algunos eran actores profesionales, directores famosos, escritores, y me daba cierto hormigueo estar con humanos tan talentosos. Finalmente, hubo un momento de silencio, y yo comencé a contar algo que no era un chiste. Era algo que me había pasado. Digo, no era serio pero al mismo tiempo era serio. Trataba de explicar lo que había ocurrido, lo que puede llegar a ocurrir inesperadamente en la vida de cualquier hombre, algo que debe ser comprendido, algo para estimar. Supongo que era una historia bastante filosófica, basada en mis décadas de vida vividas. Entonces, terminé. Se hizo un silencio. Nadie se manifestó de acuerdo o en desacuerdo. Y entonces, de repente, todos comenzaron a conversar sobre pequeños eventos culturales. El mozo aparecía y desaparecía, postres y libaciones, más bromas internas y externas, las velas llameando en sus envases de vidrio. Los ojos bloqueados y desbloqueados, los labios abiertos, las manos haciendo gestos, las bocas sonriendo. Estas eran las mentes talentosas que señalaban nuestro camino, estas eran las mentes talentosas que señalaban su propio camino. Yo estaba sentado con mierda talentosa.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *