ejercicios de campo

Así los llamaban en la ROTC (Reserva de Oficiales y Tropas de Entrenamiento del Ejército de los Estados Unidos). En los cálidos días de verano, en las colinas y los campos, los Rojos vs. los Azules. Teníamos rifles pero no balas, y los oficiales usaban sables de madera. Nos lanzábamos adelante y arrastrábamos nuestros cuerpos. Nos cubríamos detrás de los matorrales mientras el general, parado en la colina, determinaría el bando vencedor. Nos enseñaban cómo matarnos los unos a los otros. Pero lo más divertido sucedía cuando los bandos chocaban inesperadamente. Los Rojos y los Azules (lo que nos separaba eran las cintas de color que colgaban de nuestros rifles). Pero yo hace mucho que quité la mía. Y cuando nos acercábamos, excitados, comenzábamos a usar las culatas de los rifles, y los oficiales balanceaban sus sables reclamando la victoria. Y se veían entonces narices sangrantes, cráneos fracturados, un hombro roto. Yo me sentaba bajo un árbol contemplando la contienda, y en la colina el general atisbaba a través de sus sucios binoculares. Estaba senil y babeaba profusamente por ambas comisuras de los labios. Los Angeles, California, verano de 1938. Sábado. La muerte tiene un pequeño bigote negro y nos está esperando, y muchos acuden a ella.

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