doce minutos para el desfile

Parados delante de las montañas púrpuras en nuestra estúpida ropa hicimos una pausa para contemplar: nada cambia, sólo se congela, nuestras vidas se arrastran lentamente, nuestros compañeros nos desprecian. Luego nos despertamos un momento, ¡los animales ingresan a la pista! Hermana del Rápido, Rey Perfecto, Antorcha, Señorita Leuschner, Pacífico, Ser Verdadero, Buenos días Luis. Está bien para nosotros: el rayo fulgurante de esperanza, la risa de los dioses escondidos. Nunca quisimos ser lo que somos o estar donde estamos. Estamos buscando escapar. Algo de música del sol, la chica que nunca encontramos. Apostamos al milagro nuevamente delante de las montañas púrpuras mientras pasa el desfile de los caballos mucho más hermoso que nuestras vidas.

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