consejo
Me dijo:
-Estoy viviendo en el infierno.
Y yo dije:
-¿Es así, Frankie?
Y dijo:
-De verdad estoy viviendo en el infierno, no lo vas a creer. Todo –continuó-, se ha solidificado en una repetitiva marcha a ningún lado.
-¿Es así, Frankie?
-Mierda que sí –dijo-, ¿nunca estuviste encerrado en una situación donde la única salida es la muerte?
-Sí –le dije.
-¿Entonces qué hiciste? –preguntó.
-Frankie, sólo espero, la muerte va a venir de algún modo.
-Pero yo no puedo esperar –dijo.
-Frankie, vas a esperar.
-¿Por qué –me preguntó-, el dolor es la cosa más presente y constante de la vida?
-El dolor físico es difícil de explicar, Frankie, pero sé qué es lo que causa más dolor espiritual.
-¿Sí, sí? –preguntó.
-Demasiadas expectativas son las que causan, mi amigo, el dolor espiritual.
-¿Sí, sí? –preguntó.
-Demasiadas expectativas –dije-, trata de evitarlas.
-¿Vos pudiste? –preguntó.
-Sí, cada vez espero menos que menos.
-¿Y obtenés menos?
-Casi siempre, Frankie.
-Mierda –dijo-, siempre me ayuda hablar contigo, estás siempre del otro lado.
-Me temo que sí, Frankie.
Preguntó:
-¿Alguna vez pensaste que ibas a vivir tanto?
-Frankie, no viví tanto, duré tanto, ¡buenas noches!
Colgué el teléfono y corrí la botella hacia mí.