Ambición siniestra
por Alvaro Correa
Por más horripilante que se muestre el mundo, al intelectual le toca reflexionar y dar una postura que puede ser pesimista, por no incurrir en el fatalismo. Sí, va de mal en peor la cosa, la degradación del medio ambiente, la corrupción de los gobernantes, la quita de derechos y sometimiento a la exclusión o explotación a millones de personas, la extinición de especies de animales y plantas, la frivolización y alienación que promueve el uso de medios de comunicación y redes sociales. En varios sentidos hay puntos de no retorno, el posmodernismo apocalíptico se arruga y se transforma en statu quo tedioso. ¡Oh, si se pudiera hablar con Horacio Quiroga o Ezequiel Martínez Estrada! Pero la tecnología no sirve para eso, sólo para difundir sonrisas falsas de políticos imbéciles.