Temer huele a podrido

(Agencia Maldita Realidad)

El único jefe de gobierno del mundo que reconoció al presidente golpista de Brasil es nuestro querido Mauricio Macri. Después, la señora Clinton, que tuvo algo de responsabilidad en la orquestación del golpe, perdió sus elecciones y ahora será el turno de Trump. El sí que da esperanzas al golpista Temer, quien lo llamó para rogarle que se pronuncie a su favor, asegurándole que coincide y apoya todos sus puntos de vista sobre cualquier tema. Es que va perdiendo en la competencia de lameculismo trumpero, y eso le puede jugar en contra, porque salvo sus compañeros congresistas, enfrascados en los mismos enchastres de corrupción, negocios sucios y asociaciones ilícitas, y los grandes medios de comunicación que siempre se regocijan con las dictaduras o dictablandas, en el país hermano no lo quiere nadie, y todos son conscientes de que es un traidor, un trepador inescrupuloso que está sumiendo al gigante sudamericano en niveles de pobreza y desolación social como no se veían desde la década de los ’80 y ’90, antes del brillante gobierno de Luiz Inácio Lula Da Silva. Debe admitirse, de todos modos, que Dilma Rousseff cometió errores que le costaron caro, aunque de ningún modo merecía la injusticia de un impeachment planificado por la CIA (primordialmente a través de sus agencias USAID, NED e IRI), y por operadores de golpes reconocidos, que tienen nombre y apellido, como Philip Goldberg, Peter Brennan, Chase Allen Beamer y tantos otros.

No hay que ser demasiado perspicaz para concluir, tal como lo hizo el presidente de Ecuador, que hay una nueva operación Cóndor en América Latina, que trabaja con la modalidad de golpe blando -propio del «soft power» estadounidense- y/o parlamentario, o en todo caso, prestar la infraestructura para sacar a los presidentes renuentes o adversarios (como Mel Zelaya en Honduras) de la cama y poner a un monigote que trabaja para ellos en su lugar. Mecanismos más o menos similares (y más o menos exitosos) se dieron en Paraguay, Bolivia, Brasil y ni hablar en países de Medio Oriente o del Este de Europa, por no referir que se está realizando un golpe constante en Venezuela, siempre bajo la dirección de las oficinas de la Inteligencia estadounidense. En este contexto, resulta penoso que el traspaso a una democracia dictatorial, o de baja intensidad, en Argentina se haya dado por la más que endeble vía electoral. De otro modo Temer no podría estar donde está, siendo repudiado en las calles, primordialmente, por millones de jóvenes que no darán el brazo a torcer y que llegada la hora, lo van a ir a buscar y lo van a sacar como un trapo de piso en mal estado del Planalto. Por lo menos, eso es lo que se espera -para antes de fin de año o el primer trimestre de 2017-, en la redacción de Maldita Realidad.

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