Mañana hay que marchar

(Agencia Maldita Realidad)

Es por la Emergencia Social, dicen. Por la que acaba de votar el congreso y la que se anuncia, vetará el presidente. La que convocan la CTA de Miceli y Yasky, las cientos de organizaciones sociales y comunitarias, máximos perjudicados por el festín neoliberal implantado por el gobierno PRO, que ha hundido a millones de argentinos y argentinas en la desocupación y la miseria, que ha destruido la industria nacional cimentada durante los gobiernos anteriores. A la que se suma el triunvirato timorato de la CGT, que cuando puede ejerce su rol de mediador entre los trabajadores y el gobierno de manera muy sucia y artera, favoreciendo hasta el presente las medidas de Macri. Pero se ve que no puede hacerle la vista gorda a la catástrofe generada, persistentemente negada (más bien ignorada) por Mauricio y su equipo de los sueños (que terminaron siendo pesadillas para los cientos de miles que marcharán mañana). Es que hay que hacerse notar, hay que mostrarse, los resultados de las políticas pratgayesas están a la vista. La recesión, iniciada en el primer minuto de la asunción presidencial, fue empeorando mes a mes, acompañada de una inflación galopante, sobre todo en los alimentos básicos, cuyos precios son inaccesibles, aún para hogares de ingresos medios.

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Sabemos que marchar por la instauración de una Emergencia Social es tan estúpido como querer negarla, ya que la misma no necesita ser declarada sino que se percibe en las calles, en la proliferación e incremento de indigentes y gente revolviendo basura, en las caras de los comerciantes que se quieren pegar un tiro en las pelotas, en las miradas alertas a que no haya arrebatadores o delincuentes cerca, en las ollas populares que se organizan a diario en diferentes barrios y vías de acceso a la ciudad, en las miles de almas deambulando que han perdido el trabajo y en la mishiadura retratada en los negocios y supermercados en mil formas, ya sea por sus escenarios vacíos, o por multitudes que acuden esperanzadas por alguna promoción de productos fuera de temporada. El esfuerzo de los medios amigos del gobierno y de sus cadenas de comunicación en redes sociales y en ciertos ambientes burgueses donde se lee La Nación, por ocultar la importancia de la marcha y esconderla detrás de las carreras de galgos, la desaparición de un niño o la muerte de un arbolito debe ser superado por la manifestación de mañana, que tiene que ser apoteósica, en el modo en que revelará el desastre social ocasionado por el macrismo. Por supuesto, ellos acompañarán al presidente en su negación de la realidad, y seguramente aplaudirán su veto. Por ello, mañana hay que marchar, y dar una señal muy clara al gobierno: ¡si se veta la Emergencia Social, se pudre todo! Y adviértase que en la Casa Rosada ya no hay helipuerto sino una huerta cheta.

Así que vamos a ver qué pasa,

quién domina la batuta,

si el pueblo arruinado,

o Mauricio, hijo de puta.

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