Maduro, déles duro, lo apoyamos, se lo juro
(Agencia Maldita Realidad)
Luego del golpe perpetrado en Brasil en una comedia parlamentaria tan repugnante como bananera que duró más de un año, en un juicio político cuya legitimidad tiene menos sustento que la ONU intentando arreglar una situación bélica en un país africano, la CIA, el departamento de Estado y sus agencias mediáticas de inteligencia pusieron todo su esfuerzo en la región para terminar de demoler el glorioso gobierno del conductor de metros y eximio diplomático Nicolás Maduro, único y gallardo heredero del comandante Chaves, designado por él para liderar la revolución boliviariana pocos días antes de su muerte. Y es que el bravo Maduro está resistiendo un plan criminal de guerra económica orquestado por la oligarquía venezolana y las grandes cadenas transnacionales golpistas, además de campear la embestida de guarimberos cobardes y miserables entrenados por paracos colombianos, contentos con el fracaso de la paz, y cómo le salió el tiro por la culata a la izquierda decadente del continente. Entonces, aprovechan el momento, que el presidente se fue de gira, para una vez más procurar el golpe de Estado por todos los medios y recursos a su alcance. Y una vez más los reyes del mundo «se desnudan» y hacen declaraciones rastreras en contra del gobierno bolivariano, y la ONG Human Rights Watch (que no es otra cosa que una avanzadilla del progreso estadounidense en su política imperial) manifiesta su preocupación o inquietud porque en Venezuela no se respetan los derechos humanos. ¡Vaya cinismo e hipocresía que no merece respuesta! Ahí salen las ratas y cipayos del continente, como Almagro o Macri, a repetir la cantinela de que Venezuela esto, en Venezuela lo otro, «la gente está desesperada», «ya no se puede vivir», «no hay papel higiénico», y toda la retahíla de lugares comunes y falsedades con las cuales presentan un panorama incendiario, cuando la verdad es que la Guardia Nacional Bolivariana y el ejército venezolano en su conjunto discrepan con esta postura, y parte del aparato judicial todavía está comprometido con la causa bolivariana y con la legalidad. Y sobre todo porque Chaves vive, la lucha sigue, y sus discursos aún siguen rebotando en millones de venezolanos empoderados que, de prosperar el golpismo, van a dar batalla con unos cuantos caracazos. Por eso, desde Maldita Realidad, manifestamos nuestra admiración por Maduro, y estamos a la orden para ir a denunciar y hacerle la vida imposible a los golpistas y guarimberos de poraquí, que hay muchos, y muy deleznables por cierto.