Diálogo (off the record) entre el presidente argentino y el papa
(Agencia Maldita Realidad)
Luego de intercambiar besos con la hermosa y enternecedora familia presidencial, una vez relajados por el ansiado encuentro, se cruzaron las siguientes palabras:
M.M.:Hola, ¿cómo va Fran?
J.B.: Bien che, no me obligues a sonreír para la foto que quiero parecer cualquier cosa menos un PRO.
M.M.: Vamos, afloja man, ¿no te das cuenta que todos se están rindiendo a mis pies de a poco? Ya me lancé para el 2019. Se vienen cambios en serio en Argentina, te lo aseguro Fran.
J.B.: Contame qué hicieron desde la última reunión hasta hoy para aliviar la catástrofe social que armaste.
M.M.: ¿Lo qué?, ¿qué decís Fran? Está todo pacificado, no viste cómo arreglamos con los muchachos de la CGT unos bonos bárbaros para fin de año. Te mienten los que dicen que no estoy gobernando para los pobres. Te puedo contar esa y miles más.
J.B.: No seas chantapufi, Massa te está salvando las papas y si seguís mandándote cagadas le voy a dar mi bendición a él. Mirá que tengo cuerda para rato.
M.M.: Pero Francis, veo que seguís con ese rencor estúpido, que no entiende que en la Argentina vine a poner orden y a proyectarnos al mundo. Se acabó el populismo, miralo al amigo Temer en Brasil, con él vamos a hacer muy buenos negocios, ya viste que Obama me apoya un montón, y gane Hillary o Donald, los tengo en el bolsillo.
J.B.: ¿Pero vos sos pelotudo o te hacés? ¿No te diste cuenta el papelón que hiciste con la May, y ahora los ingleses se disponen a disparar misiles desde Malvinas? ¿Qué tenés en la cabeza, pedazo de zoquete?
M.M.: Ay Fran, con vos no se puede hablar, siempre tenés ganás de pelear o de retarme. Yo que vengo en son de paz, en la búsqueda de la felicidad, y vos que me regañas con argumentos kirneristas, no te estás comportando como un papa. Le voy a volver a decir a la gorda Carrió que te haga mierda.
Mauricio toma de la mano a Juliana y alza a upa a Antonia, haciéndole morisquetas tontas como las que compartió con el amigo Tinelli en Snapchat. Enciende su celular y le manda un par de mensajes a Durán Barba y a su asesor de imagen. El papa le enseña en voz baja un rezo a la hija de Awada. El cónclave se torna tenso y distante. Dios los junta y la Argentina sigue barranca abajo… Francisco está tan preocupado como enojado. No entiende cómo semejante cretino está conduciendo las riendas del país.