Extraños son los caminos de hombres
Extraños son los caminos de hombres, ¡y extraños los caminos de Dios! Caminamos los laberínticos caminos que todos nuestros padres pisaron.
Los caminamos sin desmayo, e inmutables contemplamos los portentos del cielo, las cosas que eran de viejos.
Perseguimos las estrellas ardientes, su curso en lo alto del cielo, y alrededor de la ciudad ligada lloran héroes lanzando crestas; y pífanos marciales declaran cuán pequeño es, a mentes mortales, el cuidado meramente mortal
Y al tintineo de acero y el grito de la penetrante flauta sobre los picos azules un Dios plantará sus pies.
Un Dios se levantará en armas, y viendo ancho y a lo lejos, la tierra verde y dorada, la asesina marea de la guerra.
El, con brazo levantado, proclamará a los cielos el alegre destino del hombre, ¡el noble camino a la fama!
traducción: HM