Rentista
Oh, no soy rico ni pobre, no despojo a ningún trabajador,
aún estoy agradecido de estar resguardado de la servidumbre y el trabajo.
porque con los ahorros de toda mi vida he comprado una renta vitalicia,
y así hasta el día que muera tendré mi tostada y té.
Cuando la pava cante en el quemador haré una infusión de ámbar,
y crujiré mi tostada y pensaré en cosas que no tengo que hacer.
En bata y desde el sillón azuzaré el fuego,
entonces a mundos de distancia de la inquietud y preocupación
fumaré, fumaré y fumaré.
Porque pienso que lo mejor de la existencia es lo último,
y coronaré con ánimo plateado mi paciencia en el pasado.
Desde que la compensación es la ley de vida está en mí
redondear el siglo y conducir la renta vitalicia de mi vida.
traducción: Hugo Müller