Hijo de marinero

Cuando vengas a casa no estaré para darte la bienvenida.

Te llevaron a un montículo de hierba tan limpio y nuevo,

donde yo estaré durmiendo, ¡oh, tan sonoro!, a través de las eras.

No estaré para azuzar el fuego, para alimentar a los polluelos,

y en la estrecha habitación de tu nacimiento reparar tu cama,
la habitación rosa que conoció tu alegría de bebé, tus pequeños trucos.
No estaré… El jardín todavía con abejas zumbará,
para alegrarte la cuenta de la algodonera no será tonta,

cuando vengas la rosa trepadora estará derramada.

Pájaro, aveja y pimpollo, te saludarán todos con sonido perfumado,

aún a pesar de la alegría de tus pisadas estremecerán la tierra,

tu madre con su viejo chal gris no estará.

 

traducción: Hugo Müller

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