El bote flor

El barrido de un hilo por hilo del pescador

bajo la mano del barbero del pueblo,

y ella en el ángulo de la casa y el granero,

su dorado de las profundidades del mar encontró un puerto.

Al ancla ella condujo el césped soleado

tan llena la regala de flores creciendo,

como siempre ella cambió su hogar con bacalao

del banco de George cuando soplaban los vientos.
Y yo considero de aquella carga elísea

que todo lo que pedían es un clima más rudo,

y el dorado y el patrón navegarán por el destino

juntos en búsqueda de las Islas Felices.

 

de Robert Frost, traducción de HM

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