Despojos de los muertos
Fue en un día calmo de verano,
dos hadas ingresaron al bosque con las flores para jugar.
Las flores que recogieron las pusieron en el suelo para otros,
y aquellos para otros que pudieran encontrar.
Guiadas por flores vinieron hasta que se detuvieron
en algo que yacía en la sombra de un hombre.
La nieve debió crear la cama plumosa cuando cayó
sobre el sueño de los muertos.
Pero la nieve se había ido hace mucho tiempo,
y el cuerpo que vestía cerca se había ido con la nieve.
Las hadas se acercaron y espiaron profundamente un anillo en su mano
con una cadena al lado.
Se arrodillaron sobre las hojas y misteriosamente jugaron con las cosas resplandecientes,
y no tenían miedo.
Y cuando volvieron a casa para esconderse en su madriguera
se las llevaron para jugar con ellas mañana.
Cuando vengas tú, oh muerte,
¿no vendras guiada por flores como los elfos en el bosque?
Recuerdo que yo lo hice.
Pero reconocí a la muerte con pena y espanto,
y odié y odio los despojos de los muertos.
poema de Robert Frost, traducido por HM