Lo que dijo el doctor

El dijo que aquello no se veía bien,
que aquello se veía mal, de hecho, muy mal,
que antes yo había contabilizado treinta y dos de ellos en un pulmón. 
Yo renuncié a contarlos,
dije que le agradecería que no me hiciera saber 
de nada más que encontrara allí,
él dijo que si yo era religioso 
debería arrodillarme en el bosque y permitirme pedir ayuda, 
cuando te precipitas a una catarata, 
la niebla soplando contra tu rostro y brazos, 
te detienes y buscas comprensión en esos momentos. 
Yo dije "no todavía, pero intento comenzar hoy mismo",
él dijo "lo siento, desearía tener otro tipo de noticias para darte", 
yo dije "Amen" y él dijo otra cosa, 
yo no entendí y sin saber qué más hacer 
y sin querer que se viera obligado a repetirlo, 
y yo a digerirlo por completo, 
simplemente lo miré por un minuto 
y él miro hacia atrás y fue entonces que me levanté 
y nos estrechamos las manos, 
con este hombre que me acaba de dar algo 
que ningún otro en la tierra me había dado, 
y creo que debí haberle agradecido el hábito de ser tan fuerte.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *