El gobierno de Cambiemos: Desfalco, cinismo y putrefacción
(Agencia Maldita Realidad)
El presidente, el rey de los delincuentes de cuello blanco que gobierna la Argentina, persiste con sus cínicas mentiras, su balbuceo de nene rico que no entiende de negativas, o de posturas reacias a su propia imbecilidad. Es muy bondadoso calificar su acción de gobierno como “errorismo de Estado”. Los escándalos y negocios turbios que ya le han ocasionado un perjuicio inmenso al estado nacional, y en contrapartida han consolidado la fortuna personal de su familia mafiosa, y acelerado la fuga de divisas, han colocado al país al borde del precipicio, en una crisis que amaga ser mil veces peor que la de 2001. De otro modo, no se entiende cómo continúa declarando a los periodistas chupamedias que darían sus ojos por lavarle los calzoncillos, que la inflación ha descendido, o que la Argentina está creciendo y que nuestro país volvió a ser protagonista en el concierto de las naciones. Nada más alejado de la realidad, nada más cercano a la parábola del rey desnudo. En Maldita Realidad venimos informando desde su mismo acceso al poder que la calamidad se iba a apoderar de la industria y las fuerzas productivas nacionales, que los trabajadores iban a sufrir una pérdida de poder adquisitivo descomunal, y que los pobres se iban a llevar la peor parte, a la par de la destrucción de los sistemas de salud, educación y justicia en todo el país. Y eso es lo que viene ocurriendo minuto a minuto, segundo a segundo, con una gravedad realmente extrema que los grandes medios de comunicación que lo amparan se ocupan de ocultar salvo rarísimas excepciones.
Desde que llegó a la Casa Rosada, ya van 14 meses consecutivos de una recesión espantosa, de aniquilamiento de planes sociales, de desaparición de leyes tendientes a democratizar el país en todos los aspectos, de la instalación de un aparato represivo especializado en el espionaje burdo, la extorsión y la impudicia, jueces que comulgan con su credo o sus ideas y obedecen órdenes sin sustento jurídico alguno, como encarcelar a Milagro Sala y, próximamente, a la ex presidenta Fernández de Kirchner. Enumerar los casos de corrupción donde el principal agente corruptor es Macri puede llegar a aburrir o exasperar, a dar ganas de terminar con la farsa descabezando al líder PRO (aún jugándose la vida para lograrlo): desde Panamá Papers, el Correo, Avianca, Autopistas del Sol, soterramiento del Sarmiento, memorándum con Qatar, etc. (seguramente nos olvidamos unos cuantos y varios más aparecerán en cualquier momento). En todos ellos los hechos son claros y evidentes: dolo para el Estado, dinero contante y sonante para las arcas de la familia o sus empresas. Se abrieron varias causas pero duele decir que generan nulas expectativas, toda vez que todo el aparato judicial (incluida la Corte Suprema), se halla cooptado por Cambiemos y sigue asintiendo y cumpliendo con sus absurdas órdenes o decretos. Por este lado, no va a venir la revolución.
¿Qué hay en el plano de la resistencia sindical y/o popular? Los famosos gordos de la CGT lo protegieron durante más de un año y ahora amenazan con “pararle la mano”. Nuevamente, cuesta creer en su capacidad para torcer el rumbo, a pesar de las marchas y paros que se han dispuesto para el entrante mes de marzo. Una de las grandes batallas del macrismo es doblegar la huelga docente en la provincia de Buenos Aires, conflicto que está en su punto más álgido y que parece que enrarecerá el clima político en este 2017. De todos modos, tampoco se puede esperar demasiado de esta lucha, por lo que el panorama es desolador, a pesar de la estimulante consideración de millones de ciudadanos (incluso votantes suyos) que recién ahora empiezan a darse cuenta de que “los vienen tomando de boludos” desde el principio de su administración, sólo por los sucesivos tarifazos en todos los rubros de la economía familiar, que vienen complicando la subsistencia no sólo de los que han quedado en la calle sino de los desesperados que aún conservan un empleo, con toda su precariedad y la pérdida salarial ocasionada.
¿Qué hay de las organizaciones sociales, de los focos de resistencia? Específicamente, en lo que respecta a CFK, si bien ha sido abandonada por muchos dirigentes de su partido, aún conserva un notable arraigo y amor popular. El pueblo “cristinista” sí va a salir a la calle a dar la pelea contra la policía macrista, y eso es lo que Macri quiera que suceda. No le alcanza con tener presos políticos, como en el flagrante caso de Milagro Sala. Es hora de que aparezca el primer muerto en su confrontación personal con Cristina, y quiere estrenar las herramientas más letales e infames con las que cuenta para que ello ocurra.
Sin embargo, el desenlace de esta historia aún está por verse. Es cuestión de que sus robos y su descaro no pasen más desapercibidos, es hora de que el pueblo (cristinista y no cristinista), se levante y lo sacuda de su limbo de empresario ávido y ciego, que no tiene la menor idea de dónde está parado. No sea que logre fugarse en helicóptero como De la Rúa. Si no se es golpista ante la afrenta que significa el gobierno de Macri para las capas más amplias de la población, y el desastre en que ha hundido a la Argentina en poco más de un año, continuaremos siendo tristes testigos de una decadencia insondable.
El tufo a putrefacción se huele en todo el país. La gente está podrida, sí, el pueblo está cansado, pero “la política es una mierda”, piensan todos, y dejan hacer, el laissez faire al neoliberalismo más asqueante. Da lo mismo un millonario avariento que parece querer hundir en la pobreza cada vez a más capas de la población (ciertamente ha logrado notables avances en este terreno) que una abogada –también millonaria y dueña de un relato épico algo distante de la realidad- que por lo menos (y no es un mérito menor) había logrado desarrollar un modelo de inclusión y crecimiento industrial en Argentina. Y al argentino medio le parece normal este estado de cosas. De todos modos, la podredumbre está en el ambiente, se continúa propagando y en algún momento habrá que hacer algo para acabar con tantos atropellos y tanta injusticia que ha diseminado Cambiemos en todos los rincones del país. Y encima, el tipo se da el lujo de cumplir con el rol de lacayo de Trump y embiste a toda hora contra el gobierno de Venezuela…