una respuesta

En los últimos seis años hubo cuatro rumores diferentes de que yo me había muerto. No sé quién inició estos rumores ni por qué. Y ciertamente los humanos hacen cosas peores que ésta. Aún me siento extraño cuando le tengo que informar a la gente que no estoy muerto todavía. Alguien, o quizás varias personas, evidentemente obtienen una enorme satisfacción en anunciar que ya no estoy más por aquí. Algún día, alguna noche, el anuncio se hará realidad. Para decirlo con delicadeza, ya no soy joven. Pero estos deseadores de muerte son un grupo desagradable, estas hienas, estos buitres, estos escritores frustrados también algún día estarán muertos. Su mezquina amargura, su falta de agallas a cuestas, seres tragados por la oscuridad. Pero por el momento, estoy aquí, y estas últimas líneas son para ellos: su cobardía no será recordada y han estado muertos, y lo están, mucho antes que yo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *