Huérfano salvaje
Suavemente madre
lo lleva a pasear
por la estación de trenes y el río
-él es el hijo del
huidizo ángel con potencias especiales-
e imagina autos
y los conduce en sus sueños,
tan solo creciendo entre los imaginarios automóviles
y almas muertas de Tarrytown
para crear en su propia imaginación
la belleza de sus salvajes ancestros-
una mitología que no puede heredar.
El reconocimiento-
algo tan raro en su alma,
sólo encontrado en sueños-
nostalgias de otra vida.
Una cuestión del alma.
Y los lastimados perdiendo sus heridas
en su inocencia
-un pene, una cruz,
una excelencia de amor.
Y el padre sufre en el hotelucho,
complejidades de la memoria
miles de millas más allá,
desconociendo
sobre el inesperado, joven extraño,
que acecha su puerta.