el débil

Siempre andan proclamando que necesitan concentrarse en su trabajo, que usualmente es pintar o escribir. Se sabe, por supuesto, que tienen talento, simplemente les falta… bueno… nunca en verdad se les dio una oportunidad. Hay algunas cosas que estorban el camino: malos negocios, hijos, trabajos, enfermedades, etc. Pero ahora todo debe apartarse, proclaman. Se van a concentrar en su trabajo. Finalmente lo van a hacer ahora. Tienen el talento. Ahora el mundo podrá verlo, oh sí, va a suceder.

Los proclamadores están en todas partes. Siempre se están preparando. Rara vez comienzan. Y cuando lo hacen abandonan fácilmente. Todo es cuestión de caprichos con ellos. Quieren fama. La quieren rápidamente, pero en verdad no tienen urgencia por hacer su trabajo, excepto por la fama y para proclamar, proclamar, proclamar.

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