Cinco a.m.

Energía que me levante por encima de las nubes,

en el espacio puro, sin tiempo, sí, eterno,

la respiración transmutada en palabras,

transmutadas de vuelta en respiración,

en cientos, doscientos años,

casi inmortal, las 26 centurias de Safo,

de respiración cadenciosa, más allá del tiempo,

relojes, imperios, cuerpos, autos, carrozas, cohetes, naves, rascacielos, las paredes de lata de los imperios de la Nación,

el mármol pulido, Arte Inca de la mente- ¿pero de dónde viene?
¿Inspiración, las musas dibujando la respiración por ti, Dios?
No, no lo creas, te verás enredado en el Cielo o el Infierno-

el poder de la Culpa, que hace que el latido del corazón se mantenga despierto toda la noche,

anegando la mente con espacio, haciendo eco en las ciudades del futuro,

¿ciudad Creta o Megalópolis, la cueva del nacimiento de Zeus en los Llanos de Lassithi- la granja en el Condado de Otsego, el porche del frente de Kansas?
Buda es una ayuda, las promesas de la mente ordinaria no alcanzan el nirvana-

¿café, alcohol, cocaína, hongos, marihuana, gas hilarante?
No, demasiado pesado para esta ligereza que levanta el cerebro hacia el cielo azul del amanecer de mayo, cuando los pájaros empiezan a cantar en la calle 12 Este, ¿de dónde viene, a dónde se ha ido para siempre?

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