balas de la ametralladora Jap 16
Norman, Jimmy y Max murieron en la Segunda Guerra Mundial, mientras yo me ocultaba en viejas pensiones de Philadelphia y San Francisco, escuchando a Mozart y Bach. Otros tuvieron un diferente fin. George fue un mal vividor, Dale falleció por una mezcla de ambición. Nick se fue por el común y duro camino del cáncer. Harry por una esposa y cinco preciosos niños. Jimmy la hizo bien, tratando de retornar su bombardero a Inglaterra con el motor destruido. Norman la hizo bien, tomándose tres horas para morir por las balas de la ametralladora Jap 16. Ahora a todos nos va bastante bien, sentados, leyendo historietas, tomando cálido vino y rolando cigarrillos. A las seis de la tarde encontrábamos nuestra sangre y nuestro carácter mientras dirigíamos nuestros rostros hacias las telas de araña. Ahora nos va bien, ahora nos va bien. El cuervo y las ondas, los atardeceres cansados y la gente cansada. Se necesita una vida para morir y nada de tiempo.